viernes, 19 de octubre de 2012

José Félix Estigarribia

Realizó cursos de perfeccionamiento en Chile, desde 1911 a 1913, en la Escuela Militar del Libertador Bernardo O'Higgins.La estadía en Chile lo marcó a fuego en razón en que el país andino conoció un ejército disciplinado, profesional, muy eficiente pese a las limitaciones materiales además muy respetado porque estaba muy presente en Chile desde la época de los primeros conquistadores españoles debido a la Guerra de Arauco, además Estigarribia admiró la capacidad de Chile de anteponer los intereses patrios por sobre los intereses políticos partidistas además vio en Chile un ejemplo a seguir ya que la institucionalidad chilena tuvo su orígen en el período autoritario de 1833-1871 cuando los gobiernos civiles apoyados por el ejército lograron anular cualquier atisbo de caudillismo e intentos partidarios para desestabilizar a los gobiernos constitucionalmente establecidos. Estigarribia era consciente que la realidad paraguaya tras la la Guerra de la Triple Alianza (que dejó el país casi absolutamente en ruinas) había dejado al país sin un marco jurídico-político-social-económico con el cual sustentar un Estado fuerte. En 1917 fue ascendido a Capitán. Desempeñó un papel importante en la revolución de 1922 en Paraguay y luego fue promovido a Mayor. Por sus aptitudes fue seleccionado para asistir al curso Estado Mayor, de tres años de duración, en la École Supérieure de Guerre (París, Francia), donde fue discípulo del general Maurice Gamelin y del mariscal Foch, de donde egresó con notas superiores. A su vuelta, en 1928, fue nombrado Jefe de Estado Mayor del Ejército. A menos de un año de haber sido nombrado fue despedido del cargo a causa de desacuerdos con el gobierno con relación a la estrategia a seguir para defender el Chaco: "El Chaco debe ser defendido abandonándolo", sostenía, es decir, lo importante no era ocupar el terreno sino destruir al ejército enemigo. Sin embargo, a medida que la guerra contra Bolivia parecía inevitable, el gobierno decidió que el teniente coronel Estigarribia era el hombre que se necesitaba en el Chaco. Tenía entonces 44 años. De pequeña estatura, modo apacible e introspectivo, ni su manera de ser ni su austero uniforme de campaña -cuyas mangas eran invariablemente cortas- lo diferenciaba del resto de los oficiales.

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