En la tarde del sábado, aproximadamente a las 14:00, el ómnibus de la
línea 52 coche 9503 con chapa número AVO 653 al mando del chofer no
identificado arrolló al ciudadano Alejandro Barúa Mareco, de 17 años de
edad. Produjo la pérdida inmediata del pie derecho, que quedó
descuartizado totalmente sobre el empedrado.
Tendido en la acera,
pidiendo a gritos socorro, fue ayudado y socorrido por vecinos y
bomberos voluntarios que llegaron al lugar rápidamente junto con la
policía. Según testigos oculares el hecho ocurrió al momento de que el
joven descendía del bus y cuando bajó nada más que una de las piernas el
conductor apresuró la marcha y se produjo el percance.
La denuncia
de vecinos se acumulan a causa de que los buses de la línea 52 circulan a
gran velocidad en un barrio tan pequeño donde abundan criaturas,
personas de tercera edad, jóvenes y adultos. Y resulta un peligro
constante la excesiva velocidad en la que manejan las unidades. No
tienen ninguna necesidad de circular a esa velocidad.
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